Los intocables o marginados eran personas que habían cometido algún delito o quebrantado la ley. Se cuenta una historia de cómo los discípulos del gran filósofo Adi Shankara le pidieron una vez a un Chandala que se apartara de su camino. “¿Quién eres tú y quién soy yo? ¿Es el Ser dentro de mí diferente del tuyo?” preguntó el Chandala. Shankara, al darse cuenta de la sabiduría de estas palabras, se postró ante el Chandala diciendo: “Aquel que está establecido en el Brahman, ya sea un Chandala de baja cuna o un brahmán nacido dos veces, en verdad lo proclamo mi Gurú”.

ver también Rahu y Guruchandala